Chicago es la ciudad más grande del estado de Illinois y la tercera de Estados Unidos después de Nueva York y de Los Ángeles. Chicago está a la orilla del lago Míchigan, en el corazón del medio oeste.

Autoproclamada “Porkopolis”, Chicago ha tenido mucha industria relacionada con la comida procesada, al igual que su vecina Cincinnati. La intensa rivalidad entre las dos ciudades es uno de los factores que condujeron al apodo de la “ciudad del viento” implicando de paso que los de Chicago son un poco fanfarrones.

En los últimos años Chicago ha recibido un buen lavado de cara. Las partes más viejas de la ciudad han progresado y zonas que antes eran baluartes exclusivos del South Side de la clase trabajadora como Bridgeport ahora son más conocidas por su gastronomía creativa y su vibrante escena artística. Hoy, las elegantes calles residenciales de Wicker Park acogen todo tipo de boutiques, librerías, bares eclécticos y cafés así como algunos de los mejores restaurantes de la ciudad.

Chicago es una ciudad divertida con un afán irrefrenable por la vida. Tiene uno de los edificios más altos del mundo (la Torre Willis, dotada a su vez con el ascensor más veloz), una noria de quince pisos de alto y no menos de 7.500 restaurantes. En un intento por mejorar la calidad de vida de la ciudad, el alcalde lanzó el proyecto “Calles para el ciclista” con el que se instalarán más de 650 millas de carril bici por toda la ciudad antes de 2020.

Otro de los atractivos irresistibles de la ciudad es el centro, conocido como “The Loop” (el anillo). El nombre hace referencia a la zona circunvalada por el tren elevado (“L”). Las 77 zonas y vecindarios distintos que conforman la ciudad tienen algo para cada cual y mudarse a Chicago no traerá viento, sino una bocanada de aire fresco.