Roma, la Ciudad Eterna, es la capital de Italia. Cuna de la civilización occidental, Roma atrae a más visitantes al año que ninguna otra ciudad de Italia y es la tercera ciudad más visitada de Europa.

La ciudad rezuma con arte, esculturas y monumentos, como podemos constatar en los Museos Capitolinos de Miguel Ángel, en el inmenso Coliseo, en la histórica Ciudad del Vaticano, en la magnífica Plaza de San Pedro y en la serenidad de los jardines de la Villa Borghese que abruma siempre a los recién llegados.

Los que vengan a vivir a esta imponente ciudad abrazarán con gusto la atmósfera recogida de las trattorias que sirven pizza romana y se deleitarán también con las veladas de vino en los numerosos bares y bodegas de la ciudad. Con tiendas sublimes de chocolate y cafés donde tomar un espresso a toda prisa o deleitarse con un gran café, con heladerías compitiendo unas con otras en todas las esquinas y con mercados de antigüedades y tiendas de tendencias, vivir en Roma insufla vida nueva.

Los bonitos barrios residenciales como el de Monteverde-Gianicolense junto al Trastavere son ideales para las familias, teniendo en cuenta además su cercanía a la Villa Pamphili, el mayor parque municipal de Roma. El parque de Caffarella en el corazón de la ciudad es un bienvenido descanso contra el ajetreo y el ruido. Y atisbando un poco en la distancia, tampoco es muy difícil ver un rebaño de ovejas correteando por una granja en la que venden huevos y queso fresco.

En cualquier rincón de Roma, lo moderno se yuxtapone a lo antiguo, lo urbano a lo rural, la riqueza a la pobreza. Pero no hay contradicción, es todo una armonía áspera y tosca.