Vancouver

Anclada en la costa del Pacífico se encuentra Vancouver, puerto marítimo de la bonita Columbia Británica. Levantándose en el extremo occidental de la autopista transcontinental de Canadá, la ciudad fue una vez uno de los epicentros industriales de Canadá. Hoy en día, el perfil de Vancouver ha sido modificado por desarrolladores de software, empresas aeroespaciales y de biotecnología, desarrolladores de videojuegos, estudios de animación y por la máquina de los sueños de la industria cinematográfica convirtiendo entre todos a la ciudad en un núcleo futurista.

El impresionante fondo de la ciudad con vistas al océano y a montañas nevadas y los bonitos parques y zonas verdes que la adornan aportan un entorno más que agradable en el que trabajar y vivir. Y de noche la ciudad cobra vida. Sobre todo en la zona conocida como el Granville Entertainment District, los bares y clubs permanecen abiertos hasta altas horas de la madrugada. Los fines de semana hay tantos noctámbulos en la zona que las calles se cierran al tráfico rodado.

Vancouver ha sido la cuna de muchos músicos brillantes como Bryan Adams o Sarah McLachlan y de todo tipo de grupos innovadores del hardcore punk y de la música electrónica. La fantástica colección de locales potencia la ecléctica escena musical de Vancouver y las numerosas galerías que hay en la ciudad abastecen a la vibrante comunidad de las artes visuales.

Pero si la vertiente urbana, creativa e innovadora de la ciudad empieza a cansar, no hay nada más que buscarse un kayak y lanzarse aguas abajo por algún río salvaje o refugiarse en la nieve en polvo de alguna pista de esquí cercana. Las afueras de la ciudad son el paraíso para la mountain bike y son todo un paraíso para los aficionados a la escalada y perfectas para liberar presión después de un intenso día en la oficina.

Si se va a mudar a Vancouver, procure negociar un paquete muy ventajoso con su empresa. Vancouver es una de las ciudades más caras del mundo y los precios por el alojamiento estos últimos años han triplicado la media nacional. No es raro ver casas estándar de tres habitaciones a la venta nada menos que por un millón de dólares. La presión se inició por una entrada masiva de inmigrantes que siguió a la entrega de Hong Kong a China por parte de Gran Bretaña a finales de los noventa y a que la ciudad fue sede de los Juegos Olímpicos de Invierno en 2010. Para 2012 ya empezaron a haber indicios de que los precios empezaban a desacelerar.