Pekín (Beijing)

Beijing, capital of the People’s Republic of China, is one of the world’s most populated and fastest growing cities.  Although virtually unrecognizable from one decade to the next, some of Beijing’s wonderfully unique characteristics have endured.

Pekín, capital de la República Popular de China, es una de las ciudades más pobladas y de mayor crecimiento del mundo. Si bien de una década para otra la ciudad resulta prácticamente irreconocible, algunas de las características que la hacen maravillosamente única han perdurado.

Con el ocaso y el comienzo de la hora punta, decenas de miles de bicicletas atestan las calles de la ciudad (aproximadamente el 20% de los habitantes de Pekín se desplazan en bicicleta). En primavera, los parques y universidades de Pekín se llenan de colores, destacando el rosa y blanco de los capullos de ciruelo. Durante el festival de mediados de otoño, los frentes de las tiendas se atiborran de Yue Bing (pasteles de luna) y las calles serpenteantes de los distritos de la histórica Hutong tienen el regusto del Pekín de antaño – aunque, tristemente, todo esto está desapareciendo.

Aunque la ciudad se está transformando velozmente en un lugar futurista, el patrimonio antiguo puede observarse en la arquitectura imperial de la Ciudad Prohibida y el Palacio de Verano. Pekín crece desde el famoso distrito de Tian’anmen (Puertas de la Paz Celestial) según una serie de anillos concéntricos – seis en total, que se extienden 20 kilómetros desde el centro de la ciudad.

Hace quince años, la vida en Pekín era una lucha si no se tenía un conocimiento práctico del mandarín. No obstante, la actual generación de jóvenes se enorgullece de hablar inglés, lo que hace a la ciudad más accesible, y el número cada vez mayor de empresas extranjeras que aquí se instalan le dan decididamente un aire cosmopolita. Hoy en día, lujos internacionales como vinos y quesos de categoría pueden encontrarse de manera más o menos sencilla aunque, por supuesto, a un alto precio.

Los productos locales suponen, la mayoría de las veces, una experiencia gratificante. Las cervezas locales y el bai jiu (un licor de arroz de alta graduación), las deliciosas jiaozi ( dumplings a la pekinesa), y el lujoso Kaoya pekinés (el famoso pato a la naranja) no tienen rival – ni en calidad ni en precio. La ciudad está inmersa en la cultura y en sus salones y ceremonias del té. Saborear la asombrosa selección de tés constituye un ritual de lo más placentero.

Aunque el gusto por la ópera china pueda ser algo difícil de adquirir, el resto del calendario cultural de la ciudad está repleto de eventos: festivales internacionales de jazz y de artes escénicas, un sinfín de galerías fantásticas, lugares históricos (no olvidar la Gran Muralla), parques con lagos navegables durante el verano y para patinar en invierno… Las actividades en la capital del norte no escasean y dejarán una impronta duradera de su estancia, ya sea ésta por un corto como por un largo periodo de tiempo.