Zúrich es la ciudad más grande de Suiza y se encuentra en el extremo nororiental del Lago Zúrich. La ciudad es uno de los centros financieros más importantes del mundo y en ella se encuentran muchas de las instituciones y empresas bancarias más importantes del mundo. Tiene también un atractivo régimen fiscal, lo que ha favorecido que numerosas empresas internacionales se asienten aquí.

Zúrich es el mayor enlace de transporte del país (carreteras, trenes y aviones) y es la zona más densamente poblada de Suiza. Aunque esto pudiera dar la impresión de que se trata de una ciudad contaminada y congestionada, nada más lejos de la realidad. Desde que los residentes votaron un objetivo cuantificable y legislado de un kilo de CO2 por habitante para 2050, la ciudad ha velado por optimizar sus sistemas de transporte público, ha ampliado su red de carril bici y ha cercado las autopistas.

Se trata de una de las ciudades más ricas de Europa y todas estas mejoras han contribuido a potenciar la reputación de la ciudad al tener una envidiable calidad de vida. Tanto es así que la ciudad fue la número uno en el estudio sobre calidad de vida que realizó la revista británica “Monocle” en 2012. Pero esta reputación tiene un precio, Zúrich es prohibitivamente cara. Pero si uno aterriza en esta ciudad con un buen salario, lo cierto es que el lugar es toda una aventura.

Zúrich es un paraíso para los gourmands gracias a todo tipo de tentaciones culinarias. Fuera de las horas de trabajo, la ciudad se quita la chaqueta y la corbata y libera presión en sus innombrables bares y bodegas tradicionales, sus clubes y sus pubs.

La ciudad está además increíblemente preparada para los niños. Casi todas las urbanizaciones dentro de la ciudad incluyen zonas de juego, mientras que los pueblos de los alrededores como Thalwil y Schaffhausen son terreno propicio para las familias.