Fráncfort

Fráncfort, a la que a veces se refieren como la “metrópolis más pequeña del mundo” y corazón financiero de Europa, es famosa por su literatura (solamente hay que pensar en Goethe), por su feria del libro, por el perfil de la ciudad y, claro está, por sus salchichas.

Es una ciudad con “savoir vivre” donde el multilingüismo es una forma de vida aceptada, lo que facilita enormemente la aclimatación al país de los expatriados. Globales y acogedores al mismo tiempo, cada uno de los distritos de la ciudad destila una encantadora atmósfera como de pueblo que engloba a todos sus habitantes.

Abundan los teatros con funciones en lenguas extranjeras y sus numerosas galerías y sus muchos restaurantes hacen que la ciudad resulte tan estimulante como accesible para todos los que viven allí.