Shenzhen Shekou

Shenzhen, la megalópolis más meridional de China es una ciudad moderna que ha experimentado un rápido desarrollo. Los más de 30.000 millones de dólares de inversión extranjera que ha tenido Shenzhen desde los años setenta, la han transformado de un humilde pueblo de pescadores con arrozales y sucios caminos, a un centro de producción de gran vitalidad. Actualmente es una de las ciudades portuarias de China con una actividad y un crecimiento vertiginosos.

Lo que fuera una región de colinas alrededor de Hong Kong, se allanó para absorber la rápida expansión de la ciudad. La ciudad de Shenzhen de hoy en día constituye una extensa planicie urbana cuya silueta futurista aspira a lo más alto. Actualmente está produciéndose una segunda etapa de desarrollo en la que las colinas y montes vecinos son desmontados para seguir dejando paso a la ciudad.

La mayor parte de los 14 millones de habitantes de Shenzhen son trabajadores inmigrantes; apenas 2,5 millones de ellos son residentes. No obstante, en la periferia de la ciudad pueden encontrarse áreas con comunidades extranjeras. Shekou, que se encuentra a unos 40 minutos en coche del distrito de Luohu (el centro financiero y comercial de la ciudad), es la más famosa de todas ellas. Esta zona cuenta con una comunidad extranjera próspera a la que no le faltan escuelas internacionales, instalaciones deportivas, restaurantes y bares. 

Las balsámicas tardes de verano propias del clima subtropical de Shenzhen, combinadas con los complejos de ocio y áreas comerciales de primera calidad, tales como el MixC (que tiene una pista olímpica de patinaje), hacen de la ciudad un sitio muy agradable en el que vivir. La población trabajadora que viene de fuera le da un toque cosmopolita a la ciudad; en Shekou podrá encontrarse una fantástica combinación de restaurantes asiáticos (tailandeses, japoneses e indios) y occidentales. La amplia oferta de supermercados como Walmart, Jusco y Carrefour, así como de mercados de comida orgánica permiten vivir el día a día libre del estrés.

En años recientes, la producción intensiva ha envuelto la ciudad en un halo de contaminación. No obstante, Shenzhen todavía puede presumir de calidad de aire en comparación con otras de las grandes ciudades chinas: en 2012, el Centro Medioambiental de China le dio un valor de 2 sobre una escala de 5, siendo 1 un aire excelente y 5 un aire nocivo para la salud.