Suzhou

Suzhou, la “Venecia de Oriente”, es una ciudad caracterizada por sus canales, puentes pétreos, pagodas y jardines exquisitos que se remontan unos 1.100 años hasta la Dinastía Song y que alegremente se entrelazan con el delta del Yangtsé hasta caer sobre la orilla del lago Taihu. Esta ciudad del sur de China constituye con razón una de las principales atracciones del país.

La belleza seductora de Suzhou va a la par con sus negocios. Al este de la ciudad antigua se sitúa el Parque Industrial de Suzhou (SIP), un proyecto conjunto entre los gobiernos de China y Singapur. El SIP alberga una zona de procesado de productos de investigación y desarrollo y un complejo industrial de alta tecnología que actualmente aloja 1.500 empresas extranjeras, de las cuales 40 se sitúan entre los 500 grandes negocios del mundo.

La ciudad también posee una de las estaciones de tren más concurridas de China, con un trasiego de 139 trenes diarios. Al estar en contacto con la red ferroviaria de Jinghu, Suzhou queda estratégicamente situada entre Nanjing y Shanghái, y la nueva serie G de trenes de alta velocidad llega hasta esta última en apenas 30 minutos. 

A lo largo de sus 2.500 años de historia, la ciudad ha sabido prosperar y mirar hacia delante, y esta tradición continúa en la actualidad. El gobierno local ha promovido mercados agrícolas locales en los que los productos son testados regularmente a la búsqueda de residuos químicos; un número cada vez mayor de estaciones de control de la polución aérea permite de manera sencilla tener al tanto de estos datos a la población de Suzhou; y los residentes pueden actualmente alquilar bicicletas por horas con un funcionamiento similar al seguido en París con la reciente iniciativa Vélib.

Posiblemente, Suzhou es una de las ciudades de China donde vivir resulta más sencillo, ya no solo por su impresionante belleza y rica cultura, sino también por su fuerte espíritu de comunidad. Aquí es posible participar en media maratón o en carreras familiares, llevar a los niños al Parque de la Innovación Sci-Edu, conducir un buggy o montar un picnic junto al lago.

Se encontrará con una próspera y acogedora comunidad extranjera que le hará sentir inmediatamente como en casa. La fantástica selección de restaurantes y bares garantiza la satisfacción de cualquier deseo, desde comida TexMex, pasando por la cocina francesa, hasta sushi; desde música en vivo hasta bares con transmisiones deportivas. Para quien prefiera lo autóctono, la ciudad es conocida por sus deliciosos Xiao Chi (literalmente ‘aperitivos’, similares a los “amuse bouche” franceses), que pueden encontrarse en abundancia en los puestos callejeros. Esta ciudad sociable y progresista supone un muy aconsejable lugar para vivir dentro de una de las culturas más antiguas y esotéricas del mundo.