Cada expatriado tiene sus preferencias al desplazarse. Hay personas que buscan el calor, personas que quieren desplazarse a otros continentes o personas que prefieren moverse entre culturas similares. Este es el caso de Francisco, argentino de origen, pero que en los últimos años (más de diez ya) ha vivido en el sur de Europa, primero en España, y actualmente en Italia. Francisco, ¿qué te llevó a dejar Argentina? Como muchos, las ganas de ver mundo y tener experiencias diferentes. Llegó un momento en el que Argentina – a pesar de sus dimensiones- se me quedó pequeña. Entonces supe que era hora de salir y conocer mejor lo que había más allá de sus fronteras. El choque cultural se puede definir como un conjunto de emociones que una persona experimenta al pasar a vivir de un ambiente que le es familiar a uno que le resulta nuevo. ¿Has experimentado el choque cultural en primera persona? A pesar de haber viajado a Italia con anterioridad y la similitud entre las culturas argentina e italiana, debo reconocer que sufrí el choque cultural. De hecho, creo que muchas veces se infravalora este choque entre culturas similares. En mi caso, encontré la comunicación como una de las áreas que me generaron más problemas. La lengua italiana es muy formal, la gramática es un poco compleja y tiene un estilo recargado, con ornamentos. En cambio, el español es más directo. Y cuando hablo de comunicación, también me refiero al lenguaje no verbal. Saber leer el lenguaje corporal típico de cada país, sus expresiones y gestos, también es algo que simplifica la adaptación a un país nuevo. ¿Nos puedes indicar que es lo que más te gusta de vivir en una cultura diferente? Vivir experiencias diferentes. Tener la oportunidad de visitar lugares espectaculares, probar platos deliciosos y conocer gente única. ¿Y qué te ha sorprendido, en este caso, de vivir en Milán, en Italia? La creatividad de los italianos, su habilidad para obtener resultados originales y únicos. Francisco, con dos mudanzas en tus espaldas, ¿podrías dar algunos consejos a futuros expatriados? Preparar la mudanza con antelación y tener paciencia. También es importante ser consciente que las cosas no saldrán exactamente como uno prevé. Las personas no son iguales ni el trabajo se realizará de la misma forma que en tu país de origen. Así que hay que tener una menta abierta y estar preparado para aprender. Y por lo que respecta a ti, ¿tienes pensado trasladarte a un nuevo lugar? La verdad es que de vez en cuando sí que pienso en cual podría ser mi nuevo destino. No soy muy fan de la rutina, me gusta el cambio. El mundo es tan grande y diferente y hay tanto que ver, que no me imagino viviendo toda la vida en el mismo sitio.