Calcuta

Calcuta es una de las ciudades más grandes del mundo, pero una de las cosas más llamativas cuando uno llega a este lugar es la amabilidad de su gente.

La ciudad se enorgullece de su diversidad de idiomas, religiones y culturas y cuando uno se acostumbra a su bullicio y a su ajetreo se puede apreciar su maravillosa arquitectura.

Generalizando, no es fácil ofender aquí a la gente pero es recomendable usar el sentido común y respetar las diferencias culturales así como los rituales y los lugares sagrados.

Calcuta tiene numerosos festivales a lo largo de todo el año y es muy recomendable visitarlos.

Calcuta se levanta a la orilla del río Kooghly. La “Ciudad de la Alegría” ha sido inmortalizada por el poeta más famoso de India, Tagore, por la humanitaria Madre Teresa y por la mercantil Compañía de las Indias Orientales de Inglaterra y solo ahora sale de un prolongadísimo periodo de parón económico.

Calcuta es hoy la tercera ciudad de India en cuanto a su PIB y es el principal núcleo comercial y financiero del este y nordeste del país, lo que se debe básicamente a la localización estratégica de su puerto y a su creciente sector de las nuevas tecnologías.
Como centro comercial, las compras en esta ciudad son siempre una grata experiencia y para ello uno puede perderse en el bullicioso Burrabazar o pasar horas en el sofisticado Newmarket Mall. La cocina local bengalí es exquisita y los restaurantes de Calcuta son famosos por su espectacular decoración. Sin toque de queda, las copas después de cenar son obligadas en una ciudad más que preparada para quemar la noche.

Calcuta tiene una población de algo más de 15 millones de personas, pero su densidad podría dar la impresión de ser más de lo que en realidad es debido al clima lánguido y tropical que impera. En verano la temperatura sube hasta los 40 grados y, además, hay muchísima humedad.

La ciudad es un antiguo bastión comunista y suele quedar paralizada cuando los trabajadores se echan a las calles. En esos momentos, el transporte público desaparece y las tiendas se cierran.

A pesar del reciente crecimiento económico, la pobreza persiste de modo notable en Calcuta. Es una ciudad relativamente segura, pero abundan todo tipo de timos (sobre todo en los taxímetros), así que hay que estar con los sentidos alerta en todo momento.